Andrea López y Christa Krings discuten como una marca debe persistir en su entorno para mantenerse relevante.
Estudió dibujo y pintura desde los 5 años, en la universidad realizó estudios en diseño gráfico y animación, lo que dio paso a que se reencontrara con la ilustración y se enamorara de los garabatos.
Actualmente trabaja como diseñadora digital y en producción en BBDO y mantiene otros proyectos personales de ilustración y animación.
Una filosofía de entrega
Por Andrea López
¿Qué piensan cuando les hablan del futuro? ¿Cuando les preguntan sobre el 2020? Porque hace 30 años pensábamos que las hover boards iban a ser una realidad, que nuestras chaquetas se iban a secar solas e íbamos a tener carros voladores. Creo que lo único que teníamos claro en el futuro es que las sodas aún estarían ahí, porque hay marcas que sin importar el tiempo cambian con sus consumidores y crecen con ellos.
Es difícil pensar en alguna marca que sea un vínculo entre hoy y mañana sin pensar en el cambio que tienen que adoptar, porque hoy en día, las redes nos han vuelto más conscientes sobre nuestro consumo. Somos una de las generaciones que más consume: consumimos productos, data, actitudes, experiencias y tomamos miles de decisiones a diario que gracias a las redes están al alcance de las marcas.
Las marcas a su vez, se han vuelto más organizadas, más preparadas y prefieren entregar experiencias, prefieren tener un consumidor feliz por más tiempo, se han vuelto más conscientes y actualmente somos testigos de un crecimiento de conciencia en estas marcas.
Hablo de esto porque no puedo evitar pensar que las marcas del futuro son marcas conscientes, son marcas que se interesan por el mundo y no solo por vender. Es como Seven Up haciendo un cambio en su envase para tener un menor impacto ambiental y las demás compañías respondiendo a esto en un efecto dominó.
Pero hay marcas que desde sus inicios traen la necesidad de aportar más, como Baobab que tiene su programa Manos Felices; sus productos son biodegradables, sus ingredientes son orgánicos, no hacen pruebas en animales y tienen una relación relativamente cercana con sus consumidores, en donde lo que ellos dicen es tomado en cuenta. La conveniencia, cómo se entrega, en dónde se vende, como se presenta, es parte de las preguntas que recuerdo haber respondido en una encuesta que me enviaron no hace mucho, porque saben que cuidar de su producto, también es interesarse por lo que su consumidor piensa.
Wakami es otra marca se enfoca mucho en su impacto social. Trabajan con mujeres emprendedoras (que son artesanas) para crear productos que son parte de un estilo de vida. Es una marca que crea cambios a través de las oportunidades que brinda; una plataforma que brinda educación, nutrición y salud a las comunidades a donde llega y, estas, son el tipo de marcas que no solo son un enlace con el futuro, saben que al ser consumidas forman parte de una cadena más grande.
Hay un artículo en Fast Coexist que habla sobre 5 cosas que las marcas del futuro deben adoptar, y la más interesante (me parece) es la idea de que la participación de los consumidores hace que las cosas funcionen, no solo desde que se compra un producto, sino desde que nace el mismo; es por esto que existen campañas exitosas en Kickstarter, hay conferencias TED y sus eventos independientes. Este tipo de campañas son alimentadas por nosotros, ya que nosotros decidimos si un producto es suficientemente bueno para ser lanzado o no.
Creo que lo que intento decir aquí es que hoy, las marcas que nos representan, representan más la esencia de lo que somos, se preocupan más por lo que pensamos, por la calidad de sus productos y su impacto social. La frase “el cliente siempre tiene la razón” toma un nuevo significado. La inmersión e interactividad es algo en lo que las marcas se están interesando más, los usuarios somos parte del ciclo de vida de un producto o marca hoy día, mucho más de lo que jamás nos imaginamos, porque tenemos algo qué decir y las marcas están prestando atención.
Y pues yo, cuando pienso en el futuro, lo hago en marcas que más allá de vender un producto, venden una experiencia, que me hacen parte no solo de la cadena de consumo sino de su creación también. Pienso en marcas conscientes, que proveen más que solo el look. Pienso en cómo hay trends que se transforman y pasan a ser un estilo de vida. Si pienso en “marcas vínculo entre hoy y mañana”, pienso en marcas que empoderan al ser humano y practican una filosofía de entrega.
Expandir las ramas por el mundo
Por Christa Krings
Al construir una marca nos enfocamos en dos tareas: la creación y la gestión estratégica. En la creación se dota a la marca de todos los recursos que necesita: el nombre, el logo, la imagen, el concepto, los valores, la visión, la misión, el sistema operacional, los puestos y sus funciones y la plataforma.
En la gestión se coordinan los recursos para construir la marca garantizando su consistencia, esencia, propuesta de valor y experiencia. Esto incluye coordinación y cuidado de la presencia de la marca, la experiencia que tenga la audiencia con la marca en todos los momentos y lugares que tienen algún contacto con ella. Se debe planear y definir los eventos, patrocinios o intervenciones de la marca y que estas sean fiel a su esencia.
Debemos tomar en cuenta que todo influye en la marca y esta afecta a todo lo que la rodea, por tanto se debe influenciar a todos los involucrados y cuidar lo que la empresa dice y hace en todo momento. Esto genera y garantiza consistencia y continuidad. Son estas las características que aseguran la longevidad de una marca a través del tiempo.
No debemos perder de vista que para trascender también se debe fluir con lo que transcurre. Para esto debemos innovar; eso sí, siempre y cuando la innovación sea fiel a las características inherentes a la marca. Se pueden hacer mejoras en el producto, en la distribución, incluso una renovación de imagen siempre y cuando el vínculo con los clientes se mantenga o mejore.
Y es que hoy en día las marcas ya no venden un producto como tal, sino la emoción o estilo de vida que está detrás de este producto. Wanderlust, por ejemplo, no es calzado y accesorios, es un medio para expresar quién eres, es viajar a lugares desconocidos hasta encontrarte. Es crecer raíces en tu tierra para expandir las ramas por el mundo. Y todo [lo que hacemos] comunica esta idea.
Para trascender en el tiempo y que una marca asegure su longevidad es necesario mantenerse fiel a sus valores, como también comunicar y practicarlos en la empresa continuamente.