Este artículo de Víctor M. Quintana S., publicado en La Jornada, describe un fenómeno digno de análisis:
Podrán parecer hechos muy distintos y distantes, pero son síntomas del mismo mal que aqueja al planeta. Los disturbios en Baltimore por el asesinato a manos de la policía del joven afroamericano Freddie Gray, de 25 años; las reacciones violentas en Guerrero a siete meses de la desaparición forzada de los 43 de Ayotzinapa, y los narcobloqueos y ataques del cártel Jalisco Nueva generación nos muestran la grave crisis que atraviesan los estados capitalistas. Crisis que genera reacciones indignadas de los oprimidos por él en algunos lados y amenazas abiertas de los prohijados por él en otros. A este incremento cuantitativo y cualitativo de las tensiones y la violencia social lo hemos llamado el calentamiento social.
[…] En Guerrero y Baltimore se evidencia que al no poder incluir a los jóvenes pobres, y no ofrecerles alternativa de vida digna, el Estado capitalista los excluye de sus beneficios. Pero a la vez los incluye en las expectativas de consumo, de todas las formas de disfrute legitimadas y promovidas por los medios de comunicación y los aparatos ideológicos del Estado. Esto genera reacciones de frustración y de indignación de los jóvenes, expresadas de manera violenta en lo privado o en lo público, lo que a su vez genera respuestas criminalizadoras y de represión por parte de las fuerzas del orden.
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