Via BBC Mundo:
¿Qué pasa cuando una clase media frustrada por la falta de oportunidades de ascenso, cansada de la inseguridad y asqueada de la corrupción descubre al inicio de un proceso electoral que muchos de sus gobernantes están detrás de una red de desfalco aduanero? La indignación enciende la chispa.
Esto fue lo que sucedió en Guatemala a mediados de abril, cuando funcionarios judiciales y un organismo avalado por la ONU desmantelaron una estructura criminal que recibía sobornos de importadores para evadir el pago de impuestos de aduana.El escándalo sacudió a una clase media guatemalteca históricamente pasiva.
El día que salió a la luz pública el caso, una joven decidió tomar cartas en el asunto e invitó por Facebook a un grupo de amigos a salir a protestar.
En cuestión de días, unas 10.000 personas habían confirmado su asistencia a esa convocatoria abierta bajo el hashtag #RenunciaYa. Otros movimientos y personas influyentes ayudaron a que la etiqueta se regara por otras redes sociales y captara la atención de medios de comunicación.
Si bien los organizadores se sorprendieron de la respuesta, los expertos no. Pues en un ambiente electoral y un clima de descontento económico, el destape de un escándalo aduanero terminó por indignar a una clase media influyente en la opinión pública.
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