21/05/2015
Carrie Hall y Joseph Astrachan, Harvard Business Review
via Siglo.21
Cuando Gilbane, una empresa familiar dedicada a la construcción, contrató a una firma de diseño para que renovara su marca, los diseñadores encuestaron a los clientes de Gilbane e hicieron un descubrimiento importante: No dejar de lado el hecho de que la firma es una “empresa familiar”.
“Nos aconsejaron mantenerlo como una fortaleza de lo que somos”, dijo Paul Choquette, un Gilbane de quinta generación, que dirige las operaciones en la zona del atlántico medio. “Hay una sensación de negocio familiar que le gusta a los clientes en nuestra región”.
Entre los proyectos típicos de Gilbane se cuentan rascacielos y escuelas. También diseñaron el Air and Space Museum en Washington.
Lee el artículo originalLos empleados en el ámbito de la construcción también tienden a preferir “empresas familiares”. Hace dos décadas, cuando Fluor Corporation –la compañía global de construcción, que cotiza en bolsa– adquirió ADP Marshall, una constructora familiar, 40 empleados de alto nivel de ADP decidieron que querían seguir trabajando en una compañía familiar y migraron voluntariamente a Gilbane, cuyo sitio web reza: “Una Familia de Compañías desde 1873”.
La experiencia de Gilbane cuadra con el reporte de una investigación reciente de Ernst & Young, titulado: Staying Power: How Do Family Businesses Create Lasting Success. El reporte, realizado en conjunto con el Cox Family Enterprise Center de la Kennesaw State University, encuestó a los 25 negocios familiares más grandes en cada uno de los 21 mercados principales a nivel global. Las compañías encuestadas tienen un promedio de ventas de $3.48 billones, operan en un promedio de 15 países y cuentan con alrededor de 12 mil empleados.